Un buen mantenimiento del auto alarga su vida útil. Si no prestamos mucha atención a su cuidado, el costo puede ser muy elevado. Alguno de los descuidos más habituales ocasionan graves daños al auto y afectar seriamente a nuestro bolsillo.
La correa de distribución.
Es la pieza más cara de reparar del auto si se rompe. Según el modelo de auto y su uso, es aconsejable cambiar la correa si se alcanzar entre 80.000 y 120.000 kms, o cada 5 años.
Repostar nafta en un auto diesel.
Puede parecer algo impensable, pero sucede con mucha frecuencia, ya sea por las prisas o por estar pensando en otras cosas mucho más importantes. Equivocarse de manguera o surtidor y repostar el combustible erróneo varía si se trata de un simple vaciado y sube alarmantemente el precio de la reparación del auto si hay que cambiar pistones, bielas, etc.
Agua en el depósito del combustible.
No haber cerrado la tapa superior del combustible del auto puede tener consecuencias fatales. Se puede oxidar el depósito y dañarse el filtro, los inyectores de combustible, o arruinarse el pivote del inyector.
Exceso de aceite en el motor.
No siempre “cuanto más” es “mejor”. El exceso de aceite puede afectar los cilindros y que se queme más aceite de lo normal, pudiendo alcanzar la cámara de combustión. Si afecta a piezas claves para el funcionamiento del auto, la reparación no será para nada económica.
Sin aceite en el motor.
Otro descuido habitual en el mantenimiento del auto es quedarse sin aceite en el motor. El uso de un lubricante permite que las piezas móviles del motor soporten grandes esfuerzos sin sufrir fundiciones, roturas o fisuras debido al rozamiento y a las elevadas presiones. Controlar con regularidad los niveles de aceite previene grandes daños. Sin aceite el motor se gripa. En este caso la reparación suele ser muy costosa ya que en puede significar la sustitución completa del motor del auto.
Quedarse sin líquido refrigerante.
Este líquido es vital porque evita la corrosión, que el motor del auto no se sobrecaliente, y si además es anticongelante, lo protege de las bajas temperaturas exteriores y de las formaciones calcáreas. Es necesario revisar sus niveles con asiduidad. Si por descuido no prestamos atención, este líquido puede calentarse y ocasionar la rotura de la culata.
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